Buscábamos un final de torneo emocionante este domingo en el Abierto de Canadá, pero lo cierto es que Rory McIlroy (61 golpes, -22) se encargó de quitarnos toda esperanza desde el inicio. El norirlandés, todo un vendaval de juego bajo cualquier circunstancia y con cualquier palo de su bolsa, igualó su mejor ronda como profesional con 61 golpes -ésta databa de la tercera jornada del Wells Fargo de 2015– para quedarse muy cerca de escribir su nombre junto al del resto de afortunados que componen el selecto grupo de golfistas que han conseguido bajar de los 60 impactos.
De hecho, durante muchos minutos de la ronda hubiésemos puesto la mano en el fuego porque el deportista europeo lo iba a conseguir. Sobre todo después de que saliera del green del hoyo 14 con su cuarto birdie consecutivo con el que sumaba su noveno sin errores en el día. Le restaban solo cuatro banderas, en ellas tenía que lograr al menos otros dos birdies más para batir el récord del campo y poner su nombre en letras de oro en la gira. Pero entonces llegaron las dudas y Rory, que hasta ese momento había demostrado la precisión de un reloj suizo, pagó caros sus escasos fallos.
Rory McIlroy dio una lección de cómo debe jugarse un par 5: ¡la dejó dada para anotarse el eagle!
Como en el del par 3 del 15, donde encontró el bunker de la parte izquierda de green que le dejó una complicada sacada con la que se redujeron enormemente las opciones de salvar el par. Pese a ello, Rory no se rindió. Necesitaba por todos los medios un eagle en el par 5 del 17 si quería seguir teniendo opciones del récord. Dicho y hecho. Tirazo desde el tee y un approach colosal le sirvieron en bandeja la ocasión del eagle. Lo más complicado estaba hecho. Solo faltaba cerrarlo. Sin embargo, cuando la emoción se podía cortar en el Glen Abbey GC, se vivió su segundo error en el día.
Con la bola en la parte izquierda de la calle el norirlandés encontró de nuevo el bunker y la tierra enterró cualquier posibilidad de bajar de los 60. No obstante, el intenso domingo vivido le sirvió para aventajar finalmente en siete impactos a Shane Lowry (67 golpes, -15) y Webb Simpson (68 golpes, -15), los otros dos jugadores que ocuparon el podio. De este modo, el ex número 1 del mundo suma la decimosexta victoria en el PGA Tour -segunda en la temporada tras el Players-, logra su décimo Top 10 del curso y manda un mensaje a sus rivales a solo unos días de viajar a Pebble Beach para la disputa del US Open: Rory is back!
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