Muchos nos sorprendimos hace varios días con la decisión de de Rory de prescindir de los servicios de JP Fitzgerald, el que había sido su caddie durante los nueve últimos años y con el que había conseguido la gran mayoría de sus éxitos. Pero es ley de vida, que dirían algunos. El norirlandés necesitaba un revulsivo que le hiciera cambiar el chip pese a su cuarto puesto en Royal Birkdale, y ese giro de 180 grados pasaba por dar carpetazo a la relación con su compañero de fatigas –al menos en cuanto a lo profesional se refiere-.
Y es que el golfista europeo reconoció en la rueda de prensa previa al WGC-Bridgestone que pese a que la relación contractual que les unía ha finalizado, la amistad prevalece. «Todavía considero a JP como uno de mis mejores amigos. Pero a veces para preservar una relación personal se tiene que sacrificar la relación profesional. Y esa es la decisión a la que llegué”, confesó el ex número 1 del mundo. “En los últimos tiempos me estaba poniendo muy duro con él en el campo y nadie merece ser tratado de esa manera. A veces este juego te lleva a eso, así que me vi obligado a actuar”, sentenció.
Rory, que fue sometido a un sinfín de preguntas sobre su reciente cambio de caddie, admitió sentirse “orgulloso” de todo lo que habían conseguido juntos el tándem McIlroy-Fitzgerald, más aún cuando no fueron capaces de superar el corte en ninguno de sus tres primeros eventos juntos. “Creo que lo hicimos lo mejor que pudimos. Es cierto que podríamos haber ganado unas cuantas veces más y que solo un par de rondas malas lo han evitado, pero ha sido un buen trabajo”, reconoció. En el imaginario colectivo está esa última ronda del británico en el Masters de Augusta de 2011, cuando tras irse hasta los 80 golpes le tuvo que ceder el privilegio de enfundarse la Chaqueta Verde a Charl Schwartzel.
De hecho, el actual número cuatro del mundo ha querido zanjar la polémica sobre las rencillas tras la separación y ha reconocido que no tendría ningún problema en volver a contar con JP de cara al futuro: “No hay nada que diga que esta relación no pueda funcionar dentro de unos años, pero ahora mismo necesitaba un cambio. Odio el término despedido, porque no es lo que realmente ha sido. Él ha comprendido que necesitaba otras cosas”, finalizó el norirlandés.