Muchos lo daban por muerto después de que se desfondara en el ranking mundial tras haber ocupado durante mucho tiempo el número 1 del planeta, pero Rory McIlroy (68 golpes, -19) lo seguía intentando. A base de pico y pala el jugador norirlandés volvió a creer en su juego y fruto de eso volvieron a llegar los triunfos: The Players, RBC Canadian Open, Tour Championship -y su consiguiente bonus de la FedEx Cup- y, ahora, el WGC-HSBC. Un campeonato con el que suma el tercer Campeonato Mundial en su palmarés, primer europeo en conseguir tal hazaña, y que le permiten quedarse a sólo 1,08 puntos de Brooks Koepka en la clasificación mundial, algo que parecía impensable a comienzos de 2019.
Pero lo cierto es que Rory avanza como un avión en su juego, yendo de menos a más y provocando que a día de hoy sea uno de los jugadores -si no el que más- más en forma de todo el panorama mundial. Esta semana, de hecho, ha plasmado esta evolución desde la primera a la cuarta ronda, pasando de cometer cinco bogeys en las dos primeras jornadas a irse a Casa Club con dos cartulinas libres de errores en los dos últimos días. Esto, unido a los cinco birdies del sábado y a los cuatro del domingo ha provocado que nos encontráramos con la dificultad añadida de que aquél que quisiera discutirle el torneo tendría que sudar tinta china.
Y para no faltar a la verdad hubo un jugador que lo peleó hasta las últimas consecuencias. Fue Xander Schauffele (66 golpes, -19), que ha defendido el torneo con uñas y dientes e incluso le llegó a forzar al europeo el PlayOff gracias a unos 18 hoyos finales en los que siete birdies y un bogey le permitieron alcanzar a Rory en la tabla. Pero entonces, la estrella europea se sacó de la manga un primer hoyo de desempate brutal con el que selló el birdie y mandó el torneo rumbo a las islas británicas.
Los que en ningún momento tuvieron oportunidad alguna de pelear por él fueron los miembros de la Armada, quienes volvieron a protagonizar una ronda anodina que los descolgó sobremanera de la parte alta. El mejor de todos ellos fue Jorge Campillo (72 golpes, -4), que finalizó al par en el día a pesar de un comienzo prometedor con tres birdies en las cuatro primeras banderas y terminó en el Top 34. Algo más lejos acabaron Sergio García (75 golpes, +2), con unos nueve hoyos finales en los que cometió dos bogeys y un doblebogey sin aciertos, y Rafa Cabrera Bello (77 golpes, +3), en el T53 y T57, respectivamente.