Sin lugar a dudas fue la actuación de la jornada del movimiento en el RBC Canadian Open. Rory McIlroy se lució sobre la hierba del Glen Abbey GC con seis birdies sin errores para subirse a lo más alto y arrancar el domingo con la posibilidad de sumar su 16º título en el mejor circuito del mundo. Pero más allá de los números, hemos de detenernos en su extraordinario juego. Con él fue capaz de lograr golpes tan asombrosos como el del hoyo 15, donde se dejó dado el birdie después de lanzar un dardo desde 129 yardas y situar la bola a unos pocos centímetros del agujero.