Poco antes de dar comienzo a la jornada del domingo, su nombre era el que se encontraba en todas las papeletas de cara al triunfo final. Sin embargo, el devenir de las horas sobre la hierba de Los Angeles Country Club se le fue haciendo bola al norirlandés hasta que se le terminó atragantando. Los greenes, rápidos y duros para este último día -la USGA tenía claro que no quería vivir otro festival de birdies como el vivido el jueves-, fueron un quebradero de cabeza para Rory, que volvió a quedarse las puertas de un Major.
El 70 que acabó entregando, su cartulina más alta de toda la semana, lo acabó dejando a un impacto del campeón Wyndham Clark y con la sensación de que había dejado escapar una gran oportunidad de poner fin a casi nueve años sin lograr un solo triunfo en un Grande. “Hubo un par de momentos que los podría haber gestionado de una manera diferente, pero en general llevé a cabo una sólida ronda”, se sinceró el inglés ante los medios con un rostro que reflejaba la decepción por haberse marchado de vacío de California.
“Luché hasta el final y me voy orgulloso por ello. Nunca me rindo y voy dando pasos en la dirección correcta. Cuantas más veces me siga quedando en estas posiciones, terminará sucediendo tarde o temprano. Nadie tiene más ganas de que gane que yo mismo. A lo largo de mi carrera he mostrado una gran resiliencia, he tenido muchos altibajos y, aún así, vuelvo a pelear por los títulos”, añadió el europeo, poco antes de dejar para el recuerdo una grase que seguro que se le va a recordar a lo largo de los años.
“Pasaría cien domingos como los de hoy si al final del camino consigo otro Major”, sentenció. Y no nos sorprendería si lo vemos aparecer de nuevo con un Grande entre las manos.
Rory McIlroy joins the leaders with an opening two-putt birdie. ?@McIlroyRory #USOpen pic.twitter.com/EWBFf80Xu2
— U.S. Open (USGA) (@usopengolf) June 18, 2023