Hay acciones que describen a la perfección una relación de amistad. Un abrazo, una sonrisa, unas declaraciones ante los medios de comunicación… En el caso que nos ocupa es un compendio de todas ellas. Con éstas van a entender perfectamente que Rory McIlroy y Sergio García son un verdadero equipo. Dos personas que, más allá del respeto que se tienen el uno al otro en el campo, han congeniado tanto que se han llevado fuera de la hierba su entendimiento.
¿Cómo si no explicar estas palabras del norirlandés hace unas horas durante la previa del The Players cuando fue preguntado sobre cómo vivió el triunfo del castellonense en Augusta? “Lloré. Fue absolutamente increíble”. Y es que solo cuando uno es capaz de vivir los triunfos de otros como si fueran propios se está preparado para admitir que esa persona es especial, que forma una parte muy importante de nuestra vida.
Y así se lo hizo saber Rory a Sergio cuando el español acudió hace unas semanas al Castillo de Ashford para presenciar el enlace matrimonial entre el golfista y Erica Stoll. “La primera vez que pude verle tras ganar en Georgia fue en mi boda, casi una semana después. Le di el mayor abrazo que pude y le dije lo feliz que estaba por él. Solo ver por todo lo que ha pasado, sus luchas, sus críticos…”, comentó.
“Se me está poniendo la piel de gallina al recordarlo. Sergio es un muy buen amigo mío, significa mucho para mí. Fue una gran historia. No creo que pudiera haber un mejor final que ese”, sentenció el jugador que hace unos días, en plena luna de miel, cumplió 28 años. Y es que no hay nada tan bonito como una sincera amistad.