El norirlandés tuvo un día muy movido desde los primeros instantes de la ronda. Y es que el ex número 1 del mundo -que cuajó una buena cartulina que le permite a estas alturas aspirar a todo- tuvo que labrarse a pico y pala los birdies después de fallar estrepitosamente en algunos golpes. La muestra más clara la vivimos en la primera bandera del día, donde el europeo acabó visitando una zona de árboles después de un mal impacto desde el tee. Pero aun con eso, Rory sacó la entereza que le caracteriza para llevar la bola al green y restarle un golpe al campo con un gran putt desde cinco metros.