No podía haber comenzado de mejor manera la semana de Masters para el golfista norirlandés. Y no, no lo decimos porque aparece como uno de los favoritos a hacerse con la Chaqueta Verde y conseguir el ansiado Grand Slam –sería el primer jugador europeo en lograrlo-. Nada de eso. Se trata de su relación contractual con la marca que le calza y viste, Nike, quien quiere hacer de él el personaje que ya creó en la década pasada con Tiger Woods: un monstruo publicitario. Y el primer paso lo dio la firma hace solo unas horas, dando a conocer el contrato que unirá a la empresa estadounidense y al deportista ¡para los próximos 10 años!
100 millones de dólares percibirá Rory en esta próxima década por seguir llevando por el mundo el logo característico de la firma norteamericana, unos ingresos que podrían aumentar para el jugador si en las próximas fechas anuncia su nuevo sponsor en relación con los palos y las bolas, toda vez que Nike se desmarcó hace unos cuantos meses de la elaboración de estas herramientas para dedicar sus esfuerzos en el vestuario. En un breve comunicado, el deportista europeo se congratuló de “continuar el viaje con Nike”, una empresa que, como ya ha comentado en varias ocasiones, le ha atraído desde niño.
Así pues, con la confianza que da haber cerrado un acuerdo provechoso para los dos partes, Rory se enfrenta a uno de los meses más importantes de su vida. Y es que dentro de pocas semanas contraerá matrimonio con su prometida Erica Stoll, una vez que haya finalizado su andadura en Augusta, torneo al que tiene muchísimas ganas y del que espera obtener el ansiado botín de la Chaqueta Verde. “Cuando tenía ocho años me propuse ser el mejor golfista del mundo y ganar todos los Majors. Estoy cerca de conseguirlo, pero todavía me falta una de las piezas del rompecabezas”, comentó en una reciente entrevista concedida a ESPN. “Mentiría si dijera que no me importaría no conseguirla”, sentenció.