Como estaba marcado en rojo desde la semana pasada, contamos con nuevo líder en la clasificación mundial. Rory McIlroy, que no visitaba este lugar desde hacía más de cuatro años, coge el testigo de un Brooks Koepka al que le han pesado en demasía tanto la lesión como sus escasos resultados desde que a finales de julio se hiciera con la victoria en el WGC-FedEx St. Jude Invitational. A partir de aquí -dolencias en la rodilla izquierda mediante-, los números del estadounidense han bajado enormemente y un Top 17 en el Saudi International de la pasada semana ha sido su mejor actuación en los siete últimos torneos.
Esto ha provocado que el norirlandés -que no ha vuelto porque nunca se fue-, mucho más entonado en los últimos meses -acumula siete Top 10 en los ocho últimos torneos, con dos triunfos-, abra de par en par el ranking mundial. Tanto que, como ya contaremos esta semana en su correspondiente artículo, cualquiera de los tres primeros clasificados puede lograr el centro de mando esta misma semana en el Genesis Invitational en función de los resultados obtenidos. Sí, también Jon Rahm.
Y es que el vizcaíno, que esta semana prefirió descansar para afrontar con garantías de éxito el envite en casa de Tiger Woods, continúa cerrando el podio global y este fin de semana tendrá una nueva ocasión para convertirse en el segundo español de toda la historia que se alza como número 1 del mundo. Sergio García -del 39 al 41-, que esta semana prefirió también dársela de respiro, Rafa Cabrera Bello -del 45 al 46-, con su temprana eliminación en Pebble Beach, y Adri Arnaus -del 89 al 94– forman parte de la bajada generalizada de la Armada esta semana en el Top 100 global.
Del resto de nacionales en los grandes circuitos internacionales, la única alegría de la semana nos la ha proporcionado Alejandro Cañizares, al que su Top 15 en el Vic Open australiano ha provocado una subida de más de cien puestos -del 788 al 687– con los que afronta con garantías esta parte inicial del año en el circuito del viejo continente.