El jueves, todos los aficionados que acudieron al Campo Negro de Bethpage State Park no pararon de preguntarse la misma duda una y otra vez: ¿Veremos la medalla de oro de Justin Rose? El golfista inglés reaparecía en el circuito norteamericano después de su duelo en las alturas de Marapendi junto a su colega Henrik Stenson por intentar convertirse en el primer campeón olímpico tras más de 112 años, y lo cierto es que el británico reservó una pequeña sorpresa para todos aquellos que le acompañaron en su encuentro del domingo junto a Phil Mickelson.
No había sido una semana muy satisfactoria para sus intereses. Rose había llegado con las pilas cargadas al primer evento de los PlayOff de la FedEx Cup, pero The Barclays no hizo ni siquiera el intento de regalarle nada. Tres rondas con 73, 70 y 70 golpes le colocaron al par del campo para encarar los últimos 18 hoyos, muy lejos de la parte alta y de cualquier posibilidad de luchar por la victoria. El deportista nacido en Sudáfrica no se rindió y, pese a que comenzó de forma dubitativa la vuelta, pudo corregirla al final para marcharse con el par en el día y despedirse en el puesto 31.
Precisamente, el hecho de que no se estuviera jugando “mucho” en el último hoyo le hizo ser más desinhibido, y sorprendió a los presentes cuando, para su último putt del torneo de aproximadamente 20 centímetros, ofreció al respetable la medalla de oro que previamente le había entregado su caddie, Marcos Fulcher. El golfista se la colgó al cuello y embocó para recibir la ovación. Y es que, como ya había reconocido días atrás, “es mucho más fácil de llevar que cualquier trofeo”. “Puedes deslizarla en el bolsillo y continuar jugando, así que viajará conmigo a todas partes. Es algo que puedo tener en mi bolsa o en el armario”, prosiguió el británico.
Tras recoger la bola del agujero y proceder a los saludos correspondientes, Rose hizo el intento de quitársela del cuello, algo que paró de inmediato Lefty: “No tienes por qué hacerlo”, le espetó Mickelson. “¿Qué es lo bueno de conseguir un oro olímpico? Lucirlo, ¿no? Pues ya sabes”, pareció decirle el estadounidense, que consiguió convencer a Rose para no despegarse de ella en ningún momento.
Justin Rose brings out the gold.#QuickHits https://t.co/V0QmNhAt2X
— PGA TOUR (@PGATOUR) 28 de agosto de 2016