Desde hace unas horas las piezas empiezan a encajar un poco mejor en ese complejo puzle que fue la pasada Ryder Cup. Y es que a muchos nos sorprendió el nivel que dieron algunos pesos pesados del equipo europeo hace solo unos días. Es el caso de Justin Rose, que apenas pudo sumar dos puntos de los cinco que disputó, dando incluso malas sensaciones en algunos momentos del duelo individual ante Rickie Fowler. El británico achacó todo lo ocurrido este último día a la disposición de las banderas, que hacía muy difícil que jugadores de clase mundial pudiesen demostrar su valía. Sin embargo, hace unas horas hemos descubierto que había algo más en todo esto.
En efecto, Justin Rose estaba muy tocado de la espalda. De hecho, el vigente campeón olímpico arrastró molestias durante muchos meses de la pasada temporada debido a unos dolores producidos por una hernia de disco, algo que le hizo rendir muy por debajo de su nivel en los últimos tres Majors del año –en el US Open no pudo ni siquiera pasar el corte-. La espalda, que tantos quebraderos de cabeza le ha causado a tantos y tantos golfistas, está detrás de una lesión que le va a hacer perderse, casi con total seguridad, lo que resta de 2016.
“En este momento de mi carrera es importante invertir en mi cuerpo”, publicó el deportista inglés a través de un comunicado. “Este tiempo fuera de la competición es crucial para que pueda volver a rendir al máximo nivel”, sentenció. Esta decisión significa que Rose se ausentará del British Masters de la próxima semana y del HSBC Champions chino, además de todos los eventos de la Race to Dubai. Todo sea por volver a verle a pleno rendimiento por los campos.