Ocurría un día del mes de junio de 1975 durante la segunda ronda del Western Open en el Butler National en Oak Brook en una jornada en la que la climatología obligaba a suspender el juego debido a la tormenta eléctrica que en esos momentos caía sobre el recorrido estadounidense.
Lee Trevino, poseedor de 29 títulos en el PGA Tour entre ellos 6 Grandes y un The Players, y Jerry Heard decidieron situarse debajo de un árbol con los paraguas abiertos y sus bolsas de palos junto a ellos cerca del green del 13 cuando de pronto un rayo caía en un lago cercano extendiéndose hasta donde se encontraban.
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Ambos jugadores sufrieron quemaduras, Trevino en la espalda según el parte del hospital de Hinsdale al que fueron trasladados si bien Heard fue dado de alta y pudo seguir jugando en el torneo en el que sorprendentemente finalizaba cuarto.
Según informes de la época, tanto Lee Trevino como Jerry Heard violaron varios consejos de seguridad como era no refugiarse debajo de un árbol o situarse cerca de un lago en lugar de trasladarse inmediatamente a un edificio o meterse dentro de un coche cerrado.
Pero no solamente fueron Trevino y Heard los afectados por un rayo, ya que conforme se conocía la noticia se supo que hubieron otros tres heridos en otro lado del campo, Bobby Nichols, Jim Ahern y Tony Jacklin quienes también sufrieron diversas quemaduras en el cuerpo.
Pasado un tiempo, un periodista le preguntó a Trevino, conocido en el Circuito por su carácter bromista, que haría si se encontrara de nuevo en el campo ante una tormenta a lo que contestó, «Sacaría mi 1 hierro y lo señalaría al cielo. Ni siquiera Dios sabría golpear el hierro 1«.
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Según los expertos, no se debe de reanudar el juego nada más haya pasado la tormenta si no que hay que esperar una media hora de ello para estar seguros de que estamos fuera de su alcance.