El Encin Golf ha puesto el broche de oro a la gran fiesta del golf profesional madrileño. El diseño de Von Haggen en Alcalá de Henares volvió a demostrar que se trata del recorrido perfecto para las grandes citas, obligando a todos y cada uno de los cincuenta finalistas a exhibir su mejor golf, aunque algunos pronto descubrieron sus secretos.
Es el caso de Sebastián García que ha ganado el torneo liderando la clasificación de principio a fin, y creciendo en su juego a lo largo de los 36 hoyos. Si bien es verdad que hoy estuvo algo más errático en la segunda mitad del día, el inesperado bogey en el 18 no consiguió afear una cartulina a la que restó seis golpes antes del 9, volviendo a repetir el eagle del 11 para paliar los dos bogeys, y acabar con un incontestable resultado de trece bajo par. Siete menos que Hortal y Oriol que terminaron a la zaga de el de El Robledal.
“La verdad es que estoy jugando muy sólido desde el tee de salida y eso se ha notado, por ejemplo en el hoyo 11, donde he conseguido dos eagles. Ayer pegué un hierro 5 increíble desde el bunker y la dejé a un metro del hoyo; hoy desde la calle he pegado hierro 4 y la he vuelto a dejar a un metro”, explica orgulloso. “Además, estoy trabajando el putt, y tengo una nueva incorporación en mi equipo que me está ayudando muchísimo con el tema mental. He cambiado mucho la actitud en el campo de golf y tengo un objetivo claro al que quiero llegar”, asegura para explicar sus buenos resultados.
Un buen momento de juego que le hace sentirse muy seguro de cara a la PQ2. Desde el viernes exhibirá su condición de campeón de la final del Circuito de Madrid de Profesionales sobre el diseño valenciano de Javier Arana. “El Saler es un campo que me encanta. Yo le pego bastante recto a la pelota y es muy exigente desde el tee y en los segundos golpes. La verdad, es que eso me viene genial”.
Preguntado por su futuro próximo, García pone el foco en el European Tour. “El trabajo que estoy realizando es largo y hay que ser paciente. Poco a poco dará sus frutos. Por ahora hay que tener los pies en la tierra pero estoy seguro que el año que viene podré disfrutar de todo este trabajo”.
En cuanto a la orden de mérito, Álvaro Salto tuvo la oportunidad de volver a inscribir su nombre en lo más alto del palmarés. Por quinta vez el jugador del Club de Campo lograba ser el mejor del año. Salto ya contaba con cuatro títulos de ganador del ranking entre 2010 y 2013. Sin embargo, sus compromisos como entrenador de los equipos nacionales le privaban la pasada temporada de conseguir “la manita”.
Un hito que no quería dejar escapar pero que asegura que aún está “tratando de asimilarlo. Me perdí la última prueba, en las anteriores estuve un poco desconcentrado y no pude puntuar lo suficiente, así que he tenido que hacer un esfuerzo para preparar estas dos jornadas de forma que pudiera darlo todo, como creo que lo he hecho”, asevera.
Para Álvaro, la relación amor-odio que la mayoría de los jugadores mantiene con este campo está clara y confiesa que, en su caso, “la balanza se decanta por el amor. Es un campo en el que tienes que pensar mucho y plantearte los pares cuatro desde el tee”. Además, admite su predilección por el diseñador “aunque es verdad que algunas veces nos saca un poco de quicio, pero creo que tenemos mucha suerte de jugar la final en El Encín”.
En cuanto al nivel de los jugadores que participan en el circuito, Salto bromea con que por “suerte hay semanas que tienen que estar compitiendo en los grandes circuitos y no pueden estar con nosotros. El nivel es tan alto que cada temporada hay que hacer un golpe menos para ganar. Estamos hablando de cifras de -6 o -7, y eso todas las semanas. Además, cada vez es más difícil repetir victoria en la misma temporada, otras veces he ganado el ranking con varios títulos y este año solo he podido ganar una vez. Eso dice mucho de este circuito”.