Decía el recordado Manel Comas que no existía otra táctica como la del conejo, que consistía en ir aguantando durante los partidos hasta dar el golpe definitivo al final, dejando sin posibilidad de reacción al oponente. Esto mismo se podría aplicar a cualquier otro deporte y el ejemplo más claro lo tuvimos este domingo con Justin Thomas (70 golpes, -16), quien durante muchos minutos estuvo muy cerca de completar una remontada antológica en el Valspar. Sin embargo, y a pesar de hacer lo más difícil al subirse al primer puesto, acabó claudicando en los instantes finales del torneo.
El ex número 1 del mundo apenas le restó un impacto al Innisbrook Resort este domingo después de tres birdies y dos bogeys. Una vuelta en la que cuatro pares consecutivos en las cuatro banderas finales le arrebataron de un plumazo las posibilidades de alcanzar el -17 y, de paso, llegar a los guarismos de unos Sam Burns (69 golpes, -17) y Davis Riley (72 golpes, -17) que mantuvieron un cara a cara por la victoria en el PlayOff de desempate.
Muerte súbita que se acabó llevando un Sam Burns que defiende con éxito el título logrado en mayo del pasado año y que supone llevarse el tercer título de su carrera en los últimos once meses. El deportista de Louisiana, al que un bogey en el 17 le privó de haberse hecho con la victoria en los 72 hoyos reglamentarios, logró el título en el segundo hoyo después de un birdie en el 16 que volvió a situar su nombre en lo más alto de la tabla.
Matthew Fitzpatrick (68 golpes, -14) acabó siendo el mejor jugador europeo tras subirse al quinto escalón después de sortear las dieciocho banderas finales con cuatro birdies y un bogey.
Back-to-back ??@SamBurns66 successfully defends his @ValsparChamp title in a playoff. pic.twitter.com/kj936aQvKe
— PGA TOUR (@PGATOUR) March 20, 2022
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