Un torneo tan igualado como el Oman Open no se podía dirimir de otra manera que no fuera en un PlayOff. Y así ha sido. Con los aviones rodeando a los jugadores, el Al Mouj Golf de la localidad de Muscat ha sido testigo de excepción de un desempate por el título que ha tenido al joven finlandés Sami Valimaki (70 golpes, -13) y al sudafricano Brandon Stone (70 golpes, -13) como los grandes protagonistas de una jornada que arrancaba con un sexteto de colíderes y con la impresión de que tenía que suceder algo extraordinario para no enfrentarnos a una muerte súbita multitudinaria.
Y este “algo” fue el 18, una bandera que repartió alegrías y tristezas a partes iguales. Alegrías porque tanto el sudafricano como el finlandés forzaron aquí un birdie que les permitió salir al desempate -no se pierdan los extraordinarios puritos que se vieron obligados a embocar tanto el europeo como el africano cuando el -12 parecía definitivo para lograr salir a la muerte súbita-; y tristezas porque fue aquí donde Valimaki se terminó saliendo con la suya para frustración de Stone.
Fue en el tercer hoyo del PlayOff, cuando un bogey del sudafricano terminó por decidir un campeonato que se había caracterizado por la igualdad desde los primeros compases del domingo, cuando ambos contendientes se repusieron a las mil maravillas de algunos momentos tensos que tuvieron durante el transcurso del día para acabar citándose más allá del 72 con el triunfo final del escandinavo.
En cuanto a la participación española, gran fin de fiesta de Alejandro Cañizares (68 golpes, -9), que con cuatro birdies sin errores sube al sexto puesto y vuelve a llevarse un jugoso cheque que le permite a estas alturas meterse en el Top 66 de la Race to Dubai. Algo peor le fueron las cosas tanto a Adrián Otaegui (73 golpes, -5) como a Pablo Larrazábal (73 golpes, +2), quienes acabaron firmando sendas cartulinas por encima del par para acabar en el T30 y T65, respectivamente, y quedarse lejos de cualquier posibilidad de atacar la zona noble del evento.