Fue sin lugar a dudas el golpe del torneo. Una salida en el 18 que le generó al californiano una ventaja única: la posibilidad de colocar el catorce bajo par en su marcador, unos números a los que nadie más tuvo acceso. Todo empezó con un wedge. Este palo le permitió a Schauffele atravesar los 161 metros que le separaban de la bandera para quedarse a solo uno de convertir el Hoyo en Uno. Y no lo desaprovechó.
Dos golpes que bien merecen cuatro días de trabajo continuado por no despegarse de la cabeza de la tabla. Y es que quien nunca se rinda al final triunfa.
A birdie on the 72nd for @XSchauffele gives him the solo lead in the clubhouse. #QuickHits pic.twitter.com/rvgnnMAUdy
— PGA TOUR (@PGATOUR) 9 de julio de 2017