Poco a poco va volviendo todo a la normalidad tras la disputa del Masters de Augusta. Un torneo que nos ha dejado a un nuevo campeón y que nos mostró durante la jornada de domingo cómo otro golfista pasaba a engrosar la lista de pifias durante los últimos momentos de un Grande. Le ocurrió a Van de Velde, le pasó a Spieth y este pasado domingo el turno fue de Xander Schauffele que, con todo a favor para tratar de meterle presión a Matsuyama, erró sin darle ni siquiera la oportunidad al japonés de sentir su aliento en la nuca.
Y es que, a pesar de lo que pueda parecer por el resultado final, el norteamericano se llegó a colocar a tan sólo dos impactos después de una espectacular remontada con cuatro birdies de manera consecutiva. Faltaban tres banderas y todos presagiábamos un final de infarto. Sin embargo, el par 3 del hoyo 16 puso el punto final al sueño de llegar igualados. Schauffele envió la bola al agua y se acabó anotando un triplebogey con el que el nipón eliminó los últimos -y, a decir verdad, únicos- conatos de rebelión. Una acción a la que le ha dado vueltas desde entonces, pero que tampoco le quitó el sueño.
“Tras cuatro birdies seguidos me sentía muy bien y con mucha confianza. Hideki acababa de hacer un bogey en el 15 y pensé que tenía opciones de ganar si apretaba un poco. Sin embargo, la elección de palo no fue la correcta. Tanto mi caddie como yo sentimos que había viento a favor y toamos la decisión de coger un hierro 8. Lamentablemente, nos equivocamos y no pude llegar”, reconoció el joven deportista ante los medios. “El disparo fue perfecto, pero me faltó palo. Me comprometí con él y salió mal, así que no tengo nada que reprocharme. Fue una pena porque luché mucho después de un inicio difícil. En ese momento, supe que había perdido el torneo”, sentenció.