Menudas semifinales vamos a vivir en este turno de mañana dominical en el WGC-Dell Technologies Match Play. Y es que dos de los tres mejores jugadores del ranking mundial, esto es Scottie Scheffler y Rory McIlroy, han alcanzado la penúltima fase y ya ven por el rabillo del ojo la posibilidad de citarse en la finalísima que tendrá lugar sobre la hierba del Austin Country Club texano. Un duelo esperado por todos y que, a falta de la presencia de Jon Rahm, dará a este campeonato la despedida que se merece como compañero indisociable del PGA Tour desde hace siete cursos.
Para que esto se produzca, el norirlandés deberá ganar en su duelo ante Cameron Young y el actual número uno del planeta hacer lo propio con su compatriota Sam Burns. Pero visto lo visto el sábado, ambos llegan con la moral por las nubes y será muy difícil que alguien ose arrebatarles la posibilidad de alcanzar la final. De hecho, el deportista europeo ha alcanzado la penúltima ronda del campeonato después de deshacerse en el turno de mañana del sábado del australiano Lucas Herbert por un apretado 2UP –Rory dominó, eso sí, el partido desde el hoyo 1– y de Xander Schauffele en los cuartos de final por 1UP.
Precisamente fue el norteamericano el que más problemas le ha puesto desde que echó a andar el evento. Es más, McIlroy solo consiguió ponerse por arriba en el marcador en la última bandera. Antes de esto, Xander dominó la situación desde los primeros instantes. Sin embargo, la distancia nunca fue mayor a dos hoyos y el europeo, poco a poco, fue comiéndole terreno hasta el punto de asestarle el golpe crítico en el 18.
En el caso de Scheffler la cosa fue diferente, pues tanto a JT Poston como a Jason Day les venció después de poner toda la carne en el asador y de remontar envites que parecían perdidos -con el aussie llegó a ir tres abajo-. Sin embargo, alcanza las semifinales y tiene una oportunidad de reeditar el título que ya logró hace un año.
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