Todo parece indicar que tras muchos tiras y afloja, dimes y diretes y diferentes puntos de vista ya tenemos una respuesta a si los aficionados van a poder formar parte del TPC Harding Park de San Francisco para la primera gran prueba del año. Y, lamentablemente, no es la que los más optimistas pensaban. El PGA Championship, que se disputará del 6 al 9 de agosto, no contará finalmente con presencia de aficionados a pesar de que la organización mantuvo hasta el final el suspense.
Según un informe que ha hecho público hace escasas horas el San Francisco Chronicle, la organización esperaba contar antes de que la pandemia hiciera estallar todo por los aires con una afluencia de público de unas 40 mil personas cada día de esa semana, unos datos acordes a la expectación del lugar al ser la primera vez que se iba a enfrentar a un campeonato de esta envergadura. De hecho, la construcción de la tribuna se inició a comienzos de año, pero tuvo que detenerse en marzo y ahora se procederá a su desmontaje.
De este modo se continúa con el plan previsto por el Tour hace unas cuantas semanas, cuando se estipuló que los cinco primeros torneos tras la reanudación de la gira se jugarán sin público hasta la disputa del Memorial Tournament que, como ya comentamos, podrá contar sobre la hierba del Muirfield Village con un total de hasta ocho mil espectadores. Una gran novedad que todavía desconocemos si va a formar parte del PGA Tour desde este torneo hacia adelante o si, por el contrario, se tratará de un oasis en medio del desierto. Sea como fuere, lo que sí conocemos es que el primer Grande tendrá que verse desde casa.