Después de tres días en los que llevó a cabo un grandísimo Golf, lo que no quería bajo ninguna circunstancia Sei Young Kim (70 golpes, -14) en estos 18 hoyos finales era perder toda la ventaja que con tanto esfuerzo se había labrado en las 54 banderas anteriores. Y con esta idea es como encaró el domingo, con un ojo en su cartulina y con el otro pendiente de lo que hacía Ally McDonald (68 golpes, -11), su compañera de partido. Y visto el resultado final podemos decir que la estrategia le salió a la perfección a la asiática.
Kim, lejos de arriesgar con sus golpes e intentar cosas que pusieran su bola en compromiso, se limitó a ver pasar los hoyos y descontarlos hasta la llegada del 18. A su favor tenía que los cinco impactos de ventaja eran un gran colchón sobre el que sustentar su ronda y, pese a que la coreana se anotó un tempranero birdie en el 1, dejó claro sólo unos minutos después que esta no iba a ser la tónica habitual del último día de competición del Pelican Women’s Championship.
De hecho, Kim le restó golpes a su cartulina sólo en otros dos momentos -el 6 y el 14– y se apuntó los bogeys en el 2, el 9 y el 18 que dejaron su resultado tal y como empezó. La ventaja que tuvo es que la norteamericana, pese a situarse a tres golpes después de finalizar la primera parte del recorrido, no ejerció resistencia en la parte final de la ronda y con un error en el 16 y un acierto en el 18 se despidió del torneo para servirle en bandeja a Kim su duodécimo título en la LPGA y el segundo en los dos últimos eventos disputados tras el Women’s PGA Championship.
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