Tras unas semanas de descanso provocadas por el trajín de la cita olímpica, el golfista castellonense ha vuelto a ponerse el mono de faena este viernes en el circuito norteamericano. Y de qué manera. El deportista de Borriol se ha metido entre los 20 mejores jugadores en esta primera jornada del Deutsche Bank Championship en una ronda que se ha caracterizado por los numerosos birdies en buena parte del recorrido y por las dificultades de otros en algunos hoyos sin aparente peligro–que se lo digan si no a Rory McIlroy y a Phil Mickelson, que un triplebogey y un cuádruplebogey han echado por tierra toda posibilidad de entregar una tarjeta por debajo del par-.
Sergio empezó enchufado desde el inicio. Muestra de ello es lo fácil que lo hizo con su primera bandera, el hoyo 10. Golpe de salida al centro de la calle, approach aproximadamente a unos tres metros y medio del agujero y gran putt que levantaba a los aficionados del TPC Boston. E incluso todavía pudo haber sido mejor. En el par 3 del 11 tuvo un putt de similar distancia que se le escapó por centímetros para su propio asombro. Si le afectó este último impacto nunca lo sabremos, pero lo que sí es cierto es que no volvió a conseguir un birdie en sus 9 primeras banderas. Es más, sumó un bogey en el 17 que le hizo colocarse de nuevo al par.
Había llegado el momento de destapar el tarro de las esencias. Tres birdies en el 2, el 4 y el 9, todos ellos tras realizar el castellonense unos grandísimos approach –de hecho el del 4, desde el bunker, se quedó a nada de convertirse en eagle- y Sergio que marcha a Casa Club con la sensación de haber realizado los deberes y quedarse a solo tres golpes de Hahn y Moore, primeros líderes del evento.
No es el caso de los ya mencionados Rory (Par) –vaya últimos meses está haciendo- y sobre todo Lefty (+4), quienes en estos momentos se encuentran fueran del corte y tendrán que realizar un esfuerzo titánico para poder seguir en el segundo evento de los PlayOff de la FedEx Cup hasta el próximo lunes.