Hoyo 10 del Old Course de St. Andrews. Sergio García mira, apunta y dispara. Bingo. Aprieta el puño con rabia y recoge la bola del agujero. Sabe que tiene el -14 en su tarjeta y la primera posición está muy cerca. Tan sólo dos golpes le separan en ese momento de Marc Leishman, quien comandaba la clasificación con 16 golpes bajo el par. Estaba cerca. Casi podía rozar la cima con la yema de los dedos. Pero se escapó.
Dos bogeys consecutivos en el 12 y en el 13 le devolvían los pies al suelo. Un terreno llamado estadística. Esa que dice que el castellonense es el segundo jugador en la historia que más veces ha tenido cerca un Major sin haberlo podido conquistar –sólo por detrás de Colin Montgomerie-.
El último bogey del terrible 17 sólo sirvió para confirmar los malos augurios. Este año tampoco iba a ser el definitivo. La Jarra de Clarete se escapaba una vez más, como ya lo hiciera el año pasado en el Royal Liverpool o hace ocho en Carnoustie, donde Pádraig Harrington le privó de su primer Grande en el PlayOff.
Pero su participación en The Open fue fantástica. Fue claramente de menos a más en la competición, y sólo los últimos nueve hoyos del último día le impidieron obtener un premio mayor al logrado. Un sexto puesto que sabe a poco por los méritos realizados durante los cuatro días, pero que se acaba apreciando con el paso del tiempo por las dificultades vividas. Viento, lluvia, retrasos, más lluvia, más viento. El golfista de Borriol supo luchar contra los fenómenos meteorológicos para hacerse un sitio con los mejores y seguir cerrando, una semana más, el Top 10 mundial.
Esta semana le espera el Omega European Masters, sobre la hierba del Crans-sur-Sierre en Crans Montana (Suiza). García llega con la moral alta después de su paso por St. Andrews, lo que ha provocado que las casas de apuestas sitúen al español, por primera vez en mucho tiempo, como gran favorito a conseguir el torneo. Hay que recordar que la última victoria del castellonense data de enero de 2014, cuando venció a Mikko Ilonen en el PlayOff del Commercial Bank Qatar Masters.
Sergio merece, aunque sólo sea por insistencia en las primeras posiciones, llevarse a casa otro galardón, después de haber estado tan cerca en The Open y, sobre todo, en el The Players, donde cayó en el desempate ante el estadounidense Rickie Fowler.
Una victoria en Europa le insuflaría una buena carga de moral para afrontar con optimismo la recta final del curso, que se presenta emocionante y donde querrá dar el do de pecho tanto en el PGA Championship, como en las eliminatorias finales.