144 jugadores desfilaron por el tee de salida del Innisbrook Resort, pero solo 27 han conseguido salir airosos y entregar cartulinas por debajo del par del campo. Y sí, entre estas casi tres decenas de valientes está Sergio García (70 golpes, -1), que se marchó a Casa Club después del deber cumplido tras entregar una cartulina con un golpe bajo par. Pudo ser mejor todavía, pues llegó al tee del 4 -su decimotercera bandera- con tres bajo par y un envidiable segundo escalón del podio, pero dos bogeys consecutivos en el citado 4 y en el 5 le retrasaron hasta el T8 que ocupa en la actualidad.
La ronda del de Borriol se inició a las mil maravillas, con dos birdies sin errores en las cinco primeras banderas a los que siguieron dos más en el 1 y el 2 para eliminar el regusto amargo del bogey en el 18. Y entonces, cuando mejor estaba yendo la cosa, se produjo el momento clave: dos bogeys consecutivos para el vigente campeón de la Chaqueta Verde que le hicieron descender hasta el Top 8 que ocupa en estos momentos, a tres impactos del canadiense Corey Conners (67 golpes, -4), al que solo un error en su última bandera del día le privó de presentar una tarjeta inmaculada.
Con los mismos guarismos que el español ha hecho acto de aparición Tiger Woods (70 golpes, -1) tras una vuelta muy movida en la que ha intercalado aciertos y errores y donde el putter se ha convertido en su principal enemigo. Cinco birdies y cuatro bogeys para un total de uno bajo par ha sido el resultado del ex número 1 del mundo, que ha vuelto a dejar patente que su regreso a los campos no es un mero brindis al sol.
El que sigue sin levantar cabeza en este comienzo de 2018 es Rory McIlroy (74 golpes, +3), quien se deja un comprimiso serio de cara a la jornada del viernes si quiere seguir formando parte del campeonato de Florida. El norirlandés, que en los nueve primeros hoyos firmó nueve pares, tuvo en los nueve segundos errores con la práctica totalidad de los palos y deberá andar con pies de plomo.