Sergio no descarta acudir con la Chaqueta a su boda: “Lo estamos hablando. Tendremos que verlo”

El castellonense contraerá matrimonio con la texana Angela Akins el próximo mes de julio, según ha trascendido a los medios.

El castellonense subió junto a su prometida al Empire State como parte del tour del ganador. Foto: @PGATour

Después de asimilar todo lo vivido hace escasas horas, toca tiempo de reflexión. Una reflexión que pasa, sin ninguna duda, por la séptima posición en la clasificación mundial y líder destacado en la Race to Dubai que en estos momentos ocupa Sergio García. Aunque dejando de lado el tema laboral, el siguiente gran objetivo del golfista de Castellón es su boda este próximo verano –tal y como le confirmó al alemán Bernhard Langer en la misma hierba del Augusta National durante las primeras horas del evento-.

El nuevo Maestro tendrá el enlace en solo unos meses con la que fuera periodista de Golf Channel Angela Akins, su prometida desde el pasado 6 de enero. Y mucho ojo porque el español no ha descartado acudir a la ceremonia vestido ¡con la Chaqueta Verde! Esto al menos es lo que ha dejado entrever tras las palabras pronunciadas en la rueda de prensa posterior a su triunfo en el PlayOff de desempate ante el inglés Justin Rose.

“Estamos hablando de eso en estos momentos”, contestó Sergio ante la pregunta de un periodista sobre si pediría permiso para llevar la icónica prenda puesta el día de su boda. “Aunque ésta me está un poco grande”, prosiguió entre risas. “Estaría bien, pero no sé. Tomaremos una decisión cuando se vaya acercando el día”, concluyó.

Y es que hay que recordar que el vigente campeón puede gozar de total libertad con la Chaqueta hasta doce meses después de la consecución de la misma, siendo el principal embajador del Masters por el mundo. Una vez que se ha cumplido este tiempo, el trofeo textil ha de guardar en el complejo, pudiendo ser utilizado por el jugador dentro de sus instalaciones siempre que quiera.

Siendo así, entendemos la postura del castellonense de querer aprovechar cada ocasión fuera de Augusta con la prenda puesta. Y más aún después de todo lo que le ha costado conseguirla.