En una semana en la que, a falta de 18 hoyos para la finalización del campeonato, los líderes acumulan veinte golpes por debajo del par del campo se hace imprescindible aprovechar el mínimo resquicio que ofrece el complejo. Si no se hace, se corre el riesgo de que ocurra lo que le ha sucedido a Sergio García (69 golpes, -14) en esta jornada del movimiento: que pese a sus grandes números en las estadísticas de calles cogidas y greenes en regulación, se vea relegado a en la tabla y pierda muchas opciones de salir campeón.
Los primera parte del recorrido resultó vital para el castellonense que, además del birdie que consiguió en el hoyo 3, desaprovechó otras tres oportunidades francas de seguir sumando cosas positivas sobre la hierba del TPC Summerlin. Esto, unido al doloroso doblebogey que encajó en el 10, supuso un mazazo de grandes proporciones que le hizo perder comba con la parte alta de la clasificación. Su cartulina se había dado la vuelta hasta el signo positivo cuando todos los jugadores que se encontraban por delante de él pugnaban por ver quién lograba restarle más golpes al complejo de Nevada.
Fue entonces cuando salió a relucir el gen ganador del deportista de Borriol que, haciendo gala de un poderoso juego con los hierros, logró tres aciertos de manera consecutiva para volverse a colocar en el día con dos golpes por debajo del par del campo y, lo que era más importante, recuperar su lugar entre los 20 mejores golfistas del Shriners Hospitals for Children Open. Lamentablemente, el intento de remontada quedó ahí y Sergio se sitúa a dos de ocupar un sitio en la zona noble de la tabla y a cuatro de un podio que dominan el escocés Martin Laird (65 golpes, -20) y el estadounidense Patrick Cantlay (65 golpes, -20), quienes formarán parte del encuentro estelar del domingo.