Con pasos cortos pero seguros. De esta manera es como se ha planteado el US Open Sergio García (71 golpes, -3) y, de momento, todo le parece ir viento en popa. Sí, vale que momentáneamente haya preferido alejarse del atasco de las primeras plazas, pero todavía restan 36 hoyos y a nadie le cabe duda de que el castellonense va a dar guerra hasta el final en Erin Hills. Porque ni el rough, ni los greenes ni los grandes competidores que han mostrado sus armas este viernes han podido frenarle y se ha marchado a Casa Club con un golpe más comido al terreno en el zurrón y con la esperanza de que lo mejor todavía está por llegar.
Y eso que el golfista de Borriol comenzó a medio gas su vuelta, con un bogey en el 11 –su segunda bandera del día- que le obligaba a poner en marcha la maquinaria. Y cuando esta se encendió no hubo quien la parara. Porque Sergio cuajó unas estadísticas más que interesantes tanto de tee a calle –tomó 11 de 14– como de calle a green –13 de 18 en este apartado-, que sin embargo no encontró un sólido apoyo en el número de putts efectuados –31-, número que podía haber bajado de haber convertido alguna de las oportunidades de las que dispuso.
Sobre todo en los últimos diez hoyos, donde Sergio se empezó a encontrar cómodo y llevó a cabo el mejor juego del día. De hecho, él mismo comentó tras su ronda que de seguir así podría suceder “algo bonito el fin de semana”. De momento son dos los impactos que le separan del Top 10 y cuatro del cuarteto de líderes que se reparten Estados Unidos –con Brian Harman (70 golpes, -7) y Brooks Koepka (70 golpes, -7)- e Inglaterra –Paul Casey (71 golpes, -7) y Tommy Fleetwood (70 golpes, -7)-.
El que también será de la partida el fin de semana es el grancanario Rafa Cabrera-Bello (73 golpes, +1), que pasa el corte por los pelos gracias a los tres birdies en la parte final de su recorrido, que ha contrarrestado el efecto del doblebogey y el bogey que le habían puesto las cosas complicadas. No obstante, el +1 fue suficiente para avanzar hacia los últimos 36 hoyos.
Quien no puede decir lo mismo es Jon Rahm (73 golpes, +5), que pese a haberlo intentado por todos los medios y de todas las maneras imaginables se queda fuera tras no haber podido aprovechar las oportunidades de birdie que se le han abierto durante el transcurso del día. Algo que ha tenido mucho éxito después de la tragedia vivida de tee a calle en los primeros hoyos –dropaje con penalidad en el 1 incluido-, que ha dejado claro que esta semana el driver no acompañaba.
A esto hay que sumarle que sus compañeros de partido no ayudaban en exceso, pues mientras el vizcaíno erraba putts de un par de metros, veía cómo tanto un inspirado Fowler (73 golpes, +6), al comienzo, como un imperial Hideki Matsuyama (65 golpes, -5) convertían sus opciones claras… y no tan claras –y si no que se lo digan al californiano-. Así pues, el León de Barrika se une a la larga lista de grande ausentes de cara a los últimos 36 hoyos, de entre los que destacan el número 1 del mundo, Dustin Johnson (73 golpes, +4), Rory McIlroy (71 golpes, +5) o Jason Day (75 golpes, +10).