El siempre durísimo PGA National, uno de los recorridos más complicados del PGA Tour, acoge esta semana el Honda Classic, algo que viene siendo habitual desde hace algo más de una década, y un año más no defraudó aunque el tiempo, suave en el día de ayer, permitió buenos resultados.
Y es que si el pasado año la media en la jornada del jueves fue de 72,3 golpes, en este 2017 se ha podido rebajar hasta los 70,3, dos menos que en la pasada edición y 62 jugadores terminaron bajo par, aunque casi podríamos asegurar que nada será será igual para lo que resta de torneo.
Y entre esos dos buenos números se encuentran los dos españoles en liza, Sergio García y Rafa Cabrera-Bello, ambos empatados en el Top 24 tras firmar una cartulina de 68 golpes, dos por debajo del par. Ambos golfistas salieron indemnes de la llamada «Trampa del Oso», el particular «Amen Corner» del National que comprende los hoyos 15, 16 y 17 responsable de más de un tercio de los doblebogey que se comenten en una ronda y de casi la mitad de los triplebogey o más.
Pero Sergio tuvo su particular trampa entre el 5 y el 8, tramo en los que anotó dos bogeys y un doblebogey, sus únicos errores de la jornada. En la parte positiva, que hizo seis birdies siendo el quinto jugador en ese ranking.
Por su parte, el canario arañó golpes a cinco hoyos del campo pero un doblebogey en el 14 (quinto hoyo de juego al salir por el 10) y un bogey en el décimo (hoyo 1), le restaban tres golpes en sus aciertos.
Dos son los jugadores que lideran, ambos novatos provenientes del Web.com Tour. Uno de ellos es Wesley Bryan conocido por sus genialidades en los Trick Shots, el otro Coddy Gribble ambos con 64 golpes (-6). Por detrás el indio Arniban Lahiri y Martin Kaymer con 65 golpes, pero el alemás ya lo advierte «nunca he jugado este campo de golf en unas condiciones tan fáciles, con poco viento y un rough permisivo».
A partir de hoy se espera que el campo esté mucho más duro lo que hará complicado jugar la bola si no coges calle. «El campo nos dio una oportunidad hoy con los greenes suaves y un rough cómodo, mañana será diferente», sentenció Rickie Fowler quién disparó 66 golpes.