El irlandés cargó contra el discurso de los jugadores que abandonan el PGA para “hacer crecer el juego”, pero agradeció a Rahm que se quede en el DP
A estas alturas pocos quedan por comentar el fichaje de Jon Rahm por la LIV Golf League. Y es que ha sido bastante recurrente la pregunta cada vez que un jugador tomaba el micrófono tanto en una rueda de prensa como en una entrevista. El último en hacerlo ha sido Shane Lowry, quien compartiera equipo con el vizcaíno en la última Ryder Cup vivida hace poco más de dos meses sobre la hierba del Marco Simone romano, quien ha aprovechado un evento publicitario del Abierto de Irlanda para cargar contra el lugar común que esgrimen los golfistas una vez han aceptado el dinero de la gira saudí.
“Tengo la sensación de que lo que dijo Jon sobre hacer crecer el juego mientras se marchaba a la LIV Golf League es algo que les obligan a decir a todos”, señaló el deportista europeo al Irish Independent. “Han firmado un contrato y esto es parte de lo que deben hacer. El equipo de comunicación les ha dicho que esto es lo que tienen que contar cada vez que son preguntados por el tema. Además, no tienen otra opción porque ahora son sus dueños”, añadió con sorna el deportista de 36 años.
“No sé si este tipo de comentarios han venido mal para la imagen del Golf, pero no me compete a mí juzgarlos. Habría que preguntarles lo que opinan a aquellos que realmente se esfuerzan por llevar comida a casa y sacan un hueco para pagarse los palos y unirse a un club”, confesó el campeón del Open en el año 2019, quien aplaudió que el español no renunciara a la membresía del DP World Tour con el objetivo de clasificarse para Bethpage.
“La razón por la que Poulter, Sergio y Westwood no pudieron jugar la Ryder fue porque renunciaron a su membresía. Estoy seguro de que Rahmbo podrá jugar lo suficientemente bien como para formar parte del equipo”, sentenció.
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Un comentario
Realmente en la LIV ya el golf dejo de ser un deporte y se ha convertido en algo tan comercial y casi amoral por las escandalosas y ridículas cantidades que se mueven para «comprar» jugadores. Similar a lo que sucede en el fútbol europeo y ahora último, norteamericano. Cada vez se va pareciendo más a la profesión más antigua del mundo, la prostitución.