Ya llueve bastante menos para el equipo europeo en esta Ryder Cup. Y es que nunca antes en el actual formato un equipo aventajaba en cuatro puntos a su contrincante tras la disputa de los cuatro primeros partidos del evento. Por suerte, el descalabro de los foursome del turno de mañana ha podido solventarse con creces esta tarde gracias a los fourball, la gran especialidad del viejo continente, tal y como comentábamos hace unas horas.
Aquí, de los cuatro partidos, tres apenas han tenido historia, con unos inspirados Justin Rose y Henrik Stenson subiendo el primer punto para el casillero visitante merced a un grandísimo encuentro contra la pareja americana formada por los texanos Jordan Spieth y Patrick Reed. El marcador final de 5&4 lo dice prácticamente todo, con los dos deportistas europeos arrimando el hombro cuando las fuerzas del compañero flaqueaban. Con esta victoria se han conseguido dos cosas: la primera, estrenar el marcador; la segunda, recuperar a dos de los pesos pesados para la causa y dar la razón a Darren Clarke con su decisión de volverlos a incluir en el turno de tarde.
No se puede decir lo mismo del alemán Martin Kaymer, que sigue perdido y ha sido un lastre para su compañero Danny Willett en el partido que les enfrentaba a Brooks Koepka y a Brandt Snedeker, que han dado toda una exhibición con el putter –sobre todo el segundo, desatascando algunos hoyos a base de putts larguísimos- para hacerse con la victoria por 5&4. Por suerte, no ha podido comenzar de mejor manera la participación de Rafa Cabrera-Bello y de Thomas Pieters en la Ryder Cup.
El canario se aprovechó del feeling especial que tiene con Sergio para cuajar un partido sin fisuras –cómo le gusta al castellonense esta competición-y vencer por 3&2 al dúo JB Holmes/Ryan Moore. Mismo resultado el registrado por Pieters y McIlroy –reverencia incluida al público en su último putt-, que se deshicieron sin excesivos apuros de Dustin Johnson y Matt Kuchar.