Leticia Ras-Anderica, Noemí Jiménez, Natalia Escuriola, Nuria Iturrioz… el ilusionante grupo de cuatro nuevas profesionales españolas, recién estrenado su estatus para la ocasión, piden paso con enorme fuerza en el DISA Campeonato de España Profesional Femenino que se celebra en Abama Golf.
Desgranada la segunda jornada, todas ellas forma parte de la parte más alta de la clasificación junto a una Marta Sanz con vitola de profesional adquirida hace apenas unos meses, juventud a raudales, frescura, calidad y determinación para un nuevo y afortunadamente numeroso grupo de jóvenes golfistas con capacidad para hacer grandes cosas en un futuro cercano.
Incluso la jovencísima amateur canaria Eun-Jung Ji –¡vaya mérito el suyo!– se sumó a una fiesta en la que asimismo están involucradas Luna Sobrón y Silvia Bañón, otras de las amateurs de calidad que por suerte pueblan el panorama del golf femenino español en la actualidad.
La dicotomía Neo Pros versus experimentada guardia se plasmó con enorme intensidad durante el transcurso de la segunda ronda, donde sólo la curtida María Beautell –que para eso es la vigente campeona– aguantó el tirón con la firmeza necesaria.
Ya desde los primeros compases de la vuelta se puso en evidencia que el vendaval Neo Pro se iba a manifestar con tremenda eficacia. Lo abanderó primero la malagueña Noemí Jiménez, un auténtico ciclón en sus primeros 9 hoyos, dos bogeys para empezar y otros dos para finalizar que le catapultaron hasta la parte más alta de la tabla.
Su eficaz propuesta era respondida con desparpajo por la castellonense Natalia Escuriola, por la mallorquina Nuria Iturrioz, y, por supuesto, por Leticia Ras-Anderica, muy reticente a despojarse del liderato adquirido a base de grandes aciertos en la primera ronda.
La alicantina, un ejemplo de tranquila sobriedad, sólo vio rota en la primera vuelta su interminable ristra de pares con un bogey en el hoyo 9, preludio de dos birdies consecutivos que le permitieron recuperar el liderato cedido momentáneamente a Noemí Jiménez.
Restaban otros 9 hoyos por delante, pero ya estaba meridianamente claro que las Neo Pros pedían paso a velocidad de vértigo, un ritmo de aciertos que María Beautell, estandarte de la veteranía, imitó a base de garra y coraje, viaje a las profundidades –cuatro bogeys entre los hoyos 2 y 6– antes de salir a la superficie con cinco birdies y decir a voz en grito, chicas, cuidado, que todavía aquí estoy yo.