94 victorias como profesional -72 de ellas en el prestigioso circuito americano-, una entrada en el Salón de la Fama del Golf Mundial y la presidencia de la Federación Internacional de Golf la avalaban mucho antes de la disputa del Gainbridge. Sin embargo, Annika Sörenstam decidió –trece años después de su retirada- volver a los campos esta pasada semana con motivo de la visita de la gira a la parte de atrás de su casa en Florida. Y lo cierto es que no decepcionó en absoluto.
La deportista sueca fue la gran estrella en el roster y su participación en el fin de semana casi una década y media después de su último torneo en las grandes giras se convirtió en uno de los grandes temas de conversación del sábado. Un asombroso hito que no pudo empañar ni siquiera el 79 de la jornada del movimiento y el 76 del domingo. “Estoy bastante cansada. Agotada, más bien. Lo he dado todo en estos cuatro días”, reconoció con una sonrisa en el rostro la golfista europea tras finalizar sus últimos 18 hoyos sobre la hierba del Lake Nona G&CC.
Una vuelta a la competición con el US Senior Women’s Open en el horizonte que tuvo una gran acogida por parte de unas compañeras de juego que disfrutaron de la oportunidad de caminar por el campo con una auténtica leyenda de este deporte –Nelly Korda, la ganadora esta semana, tenía sólo diez años cuando Sörenstam anunció su retirada en 2008-. “El cariño y las palabras que me han dedicado significan mucho para mí”, comentaba una emocionada Sörenstam al término de su participación.
Unas lágrimas que se hicieron más pronunciadas al hablar de sus hijos, que disfrutaron de las rondas disputadas por su madre: “Quiero que vean lo que se puede llegar a hacer cuando se tiene pasión por algo y también lo que se necesita para ser bueno en algo. La fórmula del éxito es esa: tener pasión y esforzarte mucho”, sentenció.