Hay jugadores que, desde hace tiempo, tienen definidas sus prioridades en el mundo del Golf. Rory, sin ir más lejos, ya dejó claro que había llegado a este deporte para ganar dinero, torneos e intentar ser el mejor de la historia. Otros, en cambio, prefieren basarse en el trabajo diario para que este mismo éxito del que hablaba el norirlandés llegue por sí solo, sin descuidar el ejemplo que deben ser para futuras generaciones. Hablamos de Jordan Spieth. La perla texana ha admitido en la rueda de prensa previa al Tour Championship que una de las cosas en la que menos piensa en estos momentos es en el dinero y que daría los 10 millones de dólares que recibiría por la FedEx si eso significase vencer a Europa en la Ryder.
Se puede decir más alto, pero no más claro. El joven jugador estadounidense quiere la Ryder a toda costa. Ya vivió la amarga experiencia de la derrota en Gleneagles hace solo dos años –pese a lograr dos puntos y medio de los cuatro a los que optó -, y a solo una semana para que la cita del golf por excelencia eche a andar Spieth daría lo que fuera por privar al equipo de Clarke de la que sería la cuarta victoria de manera consecutiva para los europeos, algo que nadie ha logrado en toda la historia.
“Uno siempre quiere algo que no tiene”, aseguró el campeón defensor de la FedEx Cup. “Ya he sentido lo que es ser derrotado, pero en esta ocasión estoy convencido de nuestras posibilidades. Queremos saber lo que es rociar a todo el mundo con el champagne. Así que si la pregunta es si cambiaría mi premio de esta semana por ganar la Ryder, la respuesta es sí”, aseguró.
Spieth, que acumula este año dos victorias en el PGA –Hyundai Tournament of Champions y Dean & DeLuca Invitational- destacó la enorme contribución que tendrá la próxima semana Tiger en el juego de todos por su trabajo incansable en la parcela técnica y admitió la ventaja que ha sido poder practicar unos días en Hazeltine, pues en apenas una semana “todas las horas de la tarde estarán ocupadas con cenas y galas”.
“Estando en el campo, Tiger llamó a Love y habló con él una media hora. Tiger está poniendo mucho empeño para controlar cada uno de los aspectos del juego. Su trabajo fuera de escena está siendo admirable. Es una gran ventaja poder estar juntos”, afirmó Spieth, que no dejó pasar la ocasión para establecer un pronóstico de cara a quién será el último compañero que formará parte del Team USA, aunque tampoco se pilló los dedos en exceso: “En estos momentos no puedo imaginarme por lo que estará pasando Bubba, número 7 del mundo que todavía no ha sido seleccionado. Debe ser muy duro, pero sabe que tiene una última oportunidad este fin de semana. Yo me quedaría con aquél que estuviera en mejor forma de entre todos los que participen”, concluyó.