Jordan Spieth puede marcar una época, según los expertos. El joven deportista texano llegará a la cuna del golf con posibilidades reales de poder firmar un tres de tres en los primeros Majors de la temporada, una meta inalcanzable para muchos.
Si el golfista de 21 años consiguiera la victoria en el Old Course de St. Andrews se convertiría en el primero de la era moderna en ganar tres de los cuatro Grandes en un mismo año y solo el Whistling Straits –sede del PGA Championship en agosto– le separaría de lograr el tan ansiado Grand Slam.
“Sólo estoy centrado en conseguir la Jarra de Clarete”, son las palabras que repite constantemente el actual número dos mundial. “Creo que el Grand Slam es algo que nunca imaginé que pudiera conseguir alguien. Yo era muy joven cuando lo logró Tiger, es algo que solo han alcanzado unos pocos en toda la historia”.
Concretamente son seis los golfistas que tienen el honor de poseer el Grand Slam: Bobby Jones, Gene Sarazen, Gary Player, Ben Hogan, Jack Nicklaus y el mencionado Tiger Woods. Sin embargo, Spieth ve todavía lejano esto, y prefiere la filosofía del torneo a torneo. Es por esto que rehúye de prepararse exclusivamente para los Grandes, y está dispuesto a sacrificar su físico para estar una semana antes en Silvis (Illinois) y agradar a su gente del John Deere.
“Debería centrarse en lo realmente importante”, afirman los gurús del golf sobre la predisposición de Spieth de llegar con pocos días de preparación a Escocia, pero al texano parecen importarle poco estas críticas: “Tengo la intención de ir al British en un vuelo chárter, de la misma forma que lo llevo haciendo los dos últimos años después de competir en el John Deere Classic. No veo por qué debo cambiar esto. Le voy a dedicar el mismo tiempo que al Masters de Augusta”, contestó el estadounidense.
Desde luego, si la jugada le sale tan bien como hace dos meses y medio en Georgia, el cansancio acumulado habrá merecido la pena.