Domingo lleno de posibilidades el que nos espera en el Arnold Palmer Invitational, con numerosos jugadores dispuestos a arrebatarle a Henrik Stenson (71 golpes, -12) un liderato al que se aferra desde el pasado jueves. Y es que solo hay que echar un vistazo al Top 10 sobre la hierba de Bay Hill para darse cuenta de que los últimos 18 hoyos van a ser de infarto con nombres de la talla del propio Stenson, Rory McIlroy (67 golpes, -10), Justin Rose (67 golpes, -9), Rickie Fowler (70 golpes, -8), Patrick Reed (71 golpes, -7) o hasta el mismísimo Tiger Woods (69 golpes, -7) peleando por la victoria en Florida.
Sí, en efecto, Tiger Woods también se ha metido en la pelea después de entregar en la jornada del movimiento una cartulina por debajo de los 70 impactos y quedarse a tan solo cinco del escandinavo.Y habrá que estar atento al californiano, pues ya ha recuperado sensaciones con el putter y podría dar más de un susto en esta jornada dominical si se va dejando oportunidades de birdie. De hecho, a pesar de que el ex número 1 del mundo inició con bogey su cartulina después de no ser capaz de salvar el par desde una distancia de unos tres metros, a partir de entonces enchufó prácticamente todo de lo que dispuso.
Birdies al 3 -purito desde casi 12 metros, incluido-, 4, 6, 11, 16 y 18, solo empañados por los otros dos bogeys en el 8 y el 17 y el norteamericano que se guarda una bala en un torneo que le podría seguir catapultando hacia los cien mejores jugadores del mundo. Así como a Rory, quien busca volver a colarse entre el Top 10 mundial después de alcanzar el pasado lunes su peor clasificación desde la disputa del Hong Kong Open de 2009 -donde también era decimotercero-.
El norirlandés se encuentra a solo dos impactos tras una ronda en la que rozó la perfección y con un eagle, cuatro birdies y un solitario bogey será uno de los nombres a tener en cuenta. Justin Rose también firmó una de las mejores cartulinas del día gracias a seis birdies y un solitario bogey y será quien comparta el segundo partido del día con el norirlandés en un duelo con claro sabor a Ryder Cup.