Menuda semana pasó el campeón defensor de la Jarra de Clarete en Royal Birkdale. Y no porque no trabajara durante 72 hoyos para tratar de revalidar el título –que lo hizo y mucho-, sino por las grandes dificultades que se encontró durante los cuatro días de competición. Porque, además de los factores climáticos como el viento, la lluvia o el frío, el golfista sueco tuvo que lidiar con un suceso poco agradable y que le dejó descolocado a solo unas horas de comenzar la ronda del viernes.
Y es que tras la jornada del jueves, momento la mar de importante al participar en uno de los partidos estrella del día junto al campeón del PLAYERS Si-Woo Kim y el flamante vencedor Jordan Spieth, Stenson se encontró con una amarga sorpresa al llegar a la casa que había alquilado en las inmediaciones del complejo. Unos ladrones habían conseguido acceder a la vivienda y se habían llevado todo. Sí, todo. No quedaban vestigios de que nadie hubiese estado habitando la vivienda en los últimos tiempos.
Palos, objetos personales, ropa… Los cacos arramblaron con todo lo que se pudieron llevar en un momento en el que no encontraron oposición. De hecho, Stenson se enteró del suceso todavía en el campo, cuando algunos funcionarios de Royal Birkdale le informaron de lo ocurrido cuando entregó la primera tarjeta de la semana. Sin embargo, lejos de alterarse, el deportista escandinavo emitió un comunicado a los medios en el que, además de agradecer que no hubiera nadie en casa en ese momento, admitió que intentaría que esto no le pesara en exceso durante el resto del torneo.
“Es muy especial para mí estar jugando aquí como campeón defensor delante del fantástico público de Royal Birkdale. Trataré que esto no estropee la semana de ninguna manera”, sentenció. Y vaya si lo consiguió. Finalmente, el sueco firmó un más que meritorio T11, a solo un impacto del sexto puesto y evitando los guarismos positivos durante todo el fin de semana.