Contaba con tres golpes de ventaja antes de encarar los últimos 18 hoyos del campeonato y a punto estuvo de complicársele el panorama al bueno de Robert Streb (68 golpes, -19). Y no porque el jugador de Oklahoma lo hiciera mal el domingo -de hecho, volvió a bajar de los 70 impactos por cuarta ocasión en la semana-, sino porque su compatriota Kevin Kisner (63 golpes, -19) lo hizo extremadamente bien. Algo de lo que puede dar buena cuenta una tarjeta que contó con siete birdies sin errores que le permitieron ostentar en un momento puntual el liderato en solitario de la clasificación.
Por fortuna para Streb, un acierto suyo en el par 3 del 17 tras un grandísimo disparo desde el tee, le permitió volver a empatar en lo más alto para jugárselo todo en la muerte súbita. Y aquí, pese a que los dos salieron con el par bajo el brazo de su primera visita al 18, un birdie de Streb en su segunda intentona le permitió lograr el segundo triunfo de su carrera en el European Tour. Una victoria que, casualidades del destino, se convierte en la segunda que consigue bajo este método.
Lo logró con una perseverancia fuera de toda duda, basándolo todo a una increíble manera de agarrarse al Sea Island Resort de Georgia después de un mal día con el putter. Y lo cierto es que la jugada le salió a pedir de boca, situando su nombre en el octavo lugar de la FedEx Cup y permitirle subirse a lo más alto del podio seis años después. En cuanto a Rafa Cabrera Bello (68 golpes, -5), único español esta semana en el RSM Classic, el grancanario finalizó definitivamente en el Top 54 tras una ronda con tres birdies y un bogey, lejos de las primeras plazas.
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