El Golf es un estado de ánimo, como en muchas ocasiones hemos tenido la ocasión de comentar. Y no hay más que echar un vistazo a esta ronda final del Pebble Beach Pro-Am para esbozar una sonrisa al pensar lo cerca que estuvimos de ver un nuevo triunfo de Phil Mickelson (74 golpes, -14) después de un año nada bueno del de San Diego. Y es que el norteamericano, que partía en el segundo lugar de la tabla, vivió diferentes momentos durante las más de cuatro horas que duró la ronda que nos hizo pensar que, jugando así, su retirada de la primera línea tardará mucho tiempo en llegar.
Pero vayamos por partes para desgranar este envite. Un campeonato al que llegábamos con Nick Taylor (70 golpes, -19), Jason Day (75 golpes, -11) y el mencionado Lefty con hombres destacados y que desde bien temprano nos dio la posibilidad de convertirse en un duelo a dos después del inicio desacertado del australiano. El ex número 1 del mundo selló los seis primeros hoyos con dos aciertos y otros tantos bogeys, nada que ver con los guarismos presentados por los dos norteamericanos.
Y es que si el estadounidense consiguió anotarse en el mismo período tres birdies sin fallos, el canadiense hizo lo propio con una espectacular racha con dos birdies y un eagle que le ponían el torneo en franquía. Una ventaja que se tornó todavía más grande –cinco golpes- después de que Mickelson cometiera un doblebogey y un bogey en la parte final de la ronda que parecía definitiva. Y sí, decíamos parecía porque el torneo aún tenía que darnos alguna sorpresa más. De hecho, de los hoyos 11 al 14 Taylor se lió hasta tal punto que volvió a colocar su cartulina al par con todavía cuatro banderas por jugar.
Los dos bogeys y el doblebogey llegaron a situar la diferencia en tan sólo un impacto, pero a Mickelson se le acabó la gasolina cuando era el momento de poner toda la carne en el asador para apretar y Taylor, con dos birdies en el 15 y el 17, selló su segundo triunfo en el PGA Tour tras el Sanderson Farms Championship de 2014. Mickelson terminó por entregar un dos sobre par y finalizó tercero en solitario, a un golpe de Kevin Streelman (68 golpes, -15).
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