Hay que ver lo poco que cuesta hacer feliz a un niño. Solo tenemos que fijarnos en la multitud que se arremolina en la salida de la icónica isla del hoyo 17 con la ilusión de recoger una de las bolas de su jugador favorito para darnos cuenta de ello. Uno de esos jugadores protagonistas fue Jon Rahm quién no dudó en lanzar su bola para jolgorio de la chavalería que esperaba su regalo.
Want a golf ball from one of the best in the world?
All you have to do is ask. ?#LiveUnderPar pic.twitter.com/fQVy1SSrRJ
— PGA TOUR (@PGATOUR) 13 de mayo de 2018