Cualquiera que pudiera ver los resultados de Justin Thomas en 2023 podría pensar que el jugador estadounidense no se encuentra tan lejos de su mejor nivel. A fin de cuentas, el quince veces ganador en el PGA Tour tan solo ha perdido el corte en el Masters Championship y puede presumir de haber logrado un cuarto puesto en el Phoenix Open y de un Top 10 en el Valspar después de una decena de torneos disputados. Sin embargo, como suele decirse, la procesión va por dentro.
Y es que el deportista de 30 años ya ha confesado en más de una ocasión desde que comenzara el año que no se encuentra nada cómodo ni con el swing ni con su putter. Un serio problema de sensaciones sobre el que está trabajando para corregir en el último mes -ya se pudieron ver los primeros resultados en el Wells Fargo– y que espera olvidar de cara al PGA Championship, donde defiende el título conseguido hace ahora doce meses en el PlayOff ante su compatriota Will Zalatoris.
“Es terrible. Lo intenté describir hace un par de meses y sigo sin poder sacar la definición exacta. Nunca me había sentido tan lejos y tan cerca a la vez. Es algo muy difícil de explicar y también una forma muy difícil de intentar competir y ganar un torneo de golf al más alto nivel”, confesó el deportista de Louisville hace unas horas durante la rueda de prensa previa al inicio del segundo Major de la temporada.
Ahora bien, tal y como ha asegurado ante los medios, el ligero retoque al que ha sometido a su swing ha provocado que la forma de golpear la bola haya mejorado de manera constante. Una modificación que le ha permitido mejorar el resto de aspectos sobre el campo -humor incluido- y que hace que vea posibilidades de sumar sobre la hierba del Oak Hill neoyorquino otro Major más. “Así es como sales de esto, jugando los golpes que quieres y convirtiendo los putts cuando los necesitas. A partir de aquí te llenas de confianza”, sentenció.
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