Seguro que recuerdan la que se armó con Dustin Johnson en la última jornada del US Open cuando, tras entregar la tarjeta, la USGA se paró a hablar con él para dirimir si había o no desplazado la bola en el green del hoyo 5. Finalmente, el golfista de Columbia fue sancionado con un golpe de penalidad, algo que no le impidió conquistar su primer Major, pero las formas de llevar a cabo todo el proceso de aplicación de la regla 18-2 dejaron mucho que desear en un campeonato de la importancia del disputado en Oakmont.
El viernes, mientras se jugaba la segunda jornada del Tour Championship, sucedió algo parecido, pero se reaccionó al instante en lugar de demorar todo hasta el final. Justin Thomas se encontraba en el green del hoyo 11 cuando, al colocar el putter detrás de la bola, ésta se desplazó unos centímetros. Unos hoyos más tarde, uno de los árbitros se acercó al estadounidense y le comunicó que había sido añadido un golpe más en la onceava bandera en virtud de la regla 18-2 referente a las bolas en reposo movidas.
“La bola estaba completamente parada en la superficie de patteo”, explicó Mark Russell, vicepresidente de Competición y Reglas del PGA Tour. “Había una ligera brisa, pero fue en el momento en que Justin Thomas colocó el palo tras la bola cuando ésta se movió. En estos casos se evidencia que la culpa fue del jugador y por esto fue penalizado”, denunció.
El jugador, que acabó firmando en esa bandera un doloroso doblebogey por culpa de la infracción, se mostró muy molesto con una norma que considera “injusta”. “No tengo nada contra los árbitros, pero me parece el mismo caso que le sucedió a DJ. Miré el green book y en ese punto existe una caída del cuatro por ciento, así que pude no ser yo el causante”, admitió.
De momento, Thomas ocupa el T8 con un resultado de -1, a seis golpes del líder Dustin Johnson y muy por delante de sus dos rivales –Bubba Watson y Daniel Berger-en la lucha particular que le puede conducir a Hazeltine la próxima semana.