Hace 15 años apenas levantaba tres palmos del suelo y ahora se ha convertido en una de las grandes sensaciones de la nueva hornada de jóvenes que ha llenado el PGA. Hablamos de Justin Thomas, que el pasado domingo se alzó con el primer título del 2017 sobre la hierba del Plantation Golf Course de Kapalua (Hawái) y puso el tercer campeonato en su vitrina tras el CIMB Classic de 2015 y de 2016.
Muchos se quedaron de piedra al contemplar la entereza con la que el jugador de Louisville (Kentucky) aguantó estoicamente ante grandes golfistas y, sobre todo, por cómo le pega a la bola este chico –en una bandera llegó a lanzar desde el tee un mísil balístico de 370 metros-. Pero es que viendo cómo se las gastaba desde bien pequeño comprendemos muchas de las cosas a las que nos tiene acostumbrados hoy en día el norteamericano.
On Sunday, @JustinThomas34 won his third PGA TOUR title.
He’s been preparing for quite some time. pic.twitter.com/t6jgWFDxfr
— PGA TOUR (@PGATOUR) 10 de enero de 2017