Lo bueno de tener delante a los mejores jugadores del mundo es que sirve para comprobar cuán diferente ven los jugadores profesionales los greenes. El ejemplo más claro lo hemos vivido este sábado en el hoyo 5 de Erin Hills. Con la bola en el antegreen, en un lugar desde el que muchos de nosotros hubiésemos optado por patear directamente, Justin Thomas se decidió por llevar a cabo un golpe de fantasía que tuvo su premio en forma de birdie.
Y es que el estadounidense utilizó el contorno de las inmediaciones de bandera para que la bola cogiera la caída y tomara velocidad hasta la cazoleta. Un golpe de auténtico crack que le sirve para situarse momentáneamente entre los 20 mejores jugadores del evento.
Some players just see the course differently than others.
— PGA TOUR (@PGATOUR) 17 de junio de 2017