No se celebra igual que si se hubiera hecho in situ, pero al fin y al cabo una victoria es una victoria. Y es que, como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena. Esto mismo debió pensar este pasado fin de semana Tiger Woods quien, una vez pasada la vorágine de la Ryder Cup, pudo festejar como la ocasión merece su 80º triunfo en el PGA Tour. Acompañado de amigos, el estadounidense ejerció de anfitrión en una fiesta que contó con algunos nombres conocidos.
Es el caso de Justin Thomas y de Rickie Fowler, dos de los grandes apoyos del californiano durante los meses que estuvo en el dique seco intentando recuperarse para la práctica del Golf. Es por esto que ambos contaron con la invitación del Tigre, que en un principio se había visto obligado a posponer la celebración tras el triunfo en East Lake para poder tomar un avión que le llevara desde Atlanta directo a la capital francesa. Pero tras el merecido descanso llegó la jarana.
Una fiesta de la que nos hemos hecho eco gracias a las redes sociales y en especial a Thomas, que publicó en su perfil de Instagram una instantánea que tiene un enorme valor simbólico. Y si no fíjense en las camisetas que visten los jóvenes talentos de las barras y estrellas. Una prenda lisa pero con un mensaje bien grande: “Hicimos a Tiger grande de nuevo”. Unas palabras que encuadran a las mil maravillas con aquellas que mostró Zach Johnson en la Ryder de Hazeltine, cuando el 14 veces ganador de Major ejercía las labores de vicecapitán. En aquella ocasión la camiseta rezaba un “hagamos a Tiger grande de nuevo” y, lo que son las cosas, 24 meses después el objetivo se ha cumplido.
“Me sentí genial pudiendo estrenar la camiseta. Fue una noche divertida para celebrar la victoria de TW en Atlanta. Nosotros, los jugadores, y especialmente el Golf estamos contentos de tenerte de vuelta”, publicó Thomas junto a la instantánea. Unas frases que seguro que agradece Tiger.