Obviando la presencia de Nicolai Hojgaard y de Ludvig Aberg, recientes ganadores de la Ryder Cup con el equipo europeo, todas las miradas se centran esta semana en la presencia de Lexi Thompson sobre la hierba del TPC Summerlin de Las Vegas. La estadounidense se convertirá en el Shriners Children’s Open en la séptima mujer de toda la historia en disputar un torneo del PGA Tour -primera desde que Brittany Lincicome jugara el Barbasol Championship de 2018-, pero parece sentirse cómoda con la presión que tiene sobre sus hombros.
Eso al menos es lo que ha transmitido en la rueda de prensa previa al torneo que arranca este jueves, donde ha destacado que no se pensó ni un ápice la posibilidad de acudir a la cita pese a tener ya programados compromisos para este fin de semana. “Podríamos decir que fue un sí casi automático”, se sinceró la norteamericana, que tendrá ante sí la posibilidad de convertirse en la segunda mujer de la historia en hacer el corte en un torneo tras Babe Didrikson Zaharias, que lo logró hasta en dos ocasiones en 1945.
“El hecho de disputar un evento del PGA Tour siendo mujer ya es de por sí un desafío. Solo tengo que jugar como sé que puedo hacerlo, porque sé hasta dónde puedo llegar. Desde que tengo doce años siento que he estado siempre bajo los focos, por lo que no es algo que me vaya a pillar de nuevas. Lo único que tengo que hacer es creer en mí misma y no escuchar ni las expectativas externas ni a aquellos que solo quieran juzgarme”, añadió la deportista de 28 años.
Es por esto que, aunque cayera antes del fin de semana, no lo consideraría per se una mala semana. “Todo dependerá de mi nivel. Lo consideraría una gran semana si jugara bien. Si puedo salir de aquí inspirando a alguien también habrá valido la pena. Pase lo que pase es una bendición estar aquí”, sentenció.
“It means the world to me.”
11-time @LPGA champion @Lexi joins an elite group of women who have played on TOUR. pic.twitter.com/3uOb0VZiSZ
— PGA TOUR (@PGATOUR) October 11, 2023