Tiger Woods puso la directa en el Arnold Palmer Invitational con una sola idea en su cabeza, recuperar el número uno del mundo que ostenta Rory McIlroy desde hace 32 semanas de forma consecutiva (39 en el total) y que el norirlandés podría perder después de que decidiera no disputar este torneo. Tras jugar el californiano y nº2 del mundo solo dos hoyos de la ronda decisiva, el vendaval de viento y lluvia obligó a suspender el juego.
El lunes (en sesión vespertina en España) se escenificará el desenlace pero con 3 de ventaja para el líder, uno más de la renta que logró el sábado, cuando Tiger partió con cuatro golpes de desventaja en el tee del uno para acabar en vanguardia.
Tiger lo tenía muy claro al término de la segunda ronda, la del viernes: «Restan 36 joyos por jugar y los cuatro golpes de desventaja pueden ser recuperables», declaró. Dicho y hecho, el californiano firmó la mejor tarjeta de la jornada sabatina en Bay Hill, 66 golpes, para tomar dos de ventaja sobre, Rickie Fowler (67), John Huh (71) y Justin Rose (72).
Woods firmó birdies al 4, 6, 7 y 11, su único error lo tuvo en el 13, para continuar en el 15 con birdie. El 16 lo remató con eagle, tal y como lo hizo en la primera jornada para quitarse el mal sabor de boca con el bogey del segundo.
Woods, que acumula once bajo par, está a 18 hoyos de lograr su tercera victoria de la temporada, sexta en los últimos 19 eventos del PGA Tour disputados por golpes, y su triunfo vincularía su nombre a Sam Snead como los dos únicos jugadores en ganar un mismo torneo en ocho ocasiones.
Precisamente fue en este mismo evento el Arnold Palmer, hace ahora un año, cuando Tiger resurgía de sus cenizas después de dos años sin victorias. «Me siento mucho más cómodo que hace doce meses. También me siento muy bien físicamente. He trabajado un año más en mi juego y aquí estoy», declaró Woods al PGA Tour.
Tiger dejaba de ser el número uno del planeta el 30 de octubre del 2010 después de ostentarlo durante 281 semanas de forma consecutiva y 623 acumuladas. Casi 29 meses después está a punto de recuperar la corona en la semana que anunció que salía oficialmente con la esquiadora Lindsey Vonn.