Muchos se están mordiendo las uñas esperando al 4 de noviembre. Este día Tiger Woods tendrá que salir a la palestra para presentar a los cuatro jugadores que gozarán de una invitación para participar en la Presidents Cup que arrancará la segunda semana de diciembre sobre la hierba del Royal Melbourne GC australiano. Una oportunidad perfecta para que el californiano pueda incluirse en la cita después de recuperarse satisfactoriamente de la operación en la rodilla izquierda a la que se sometió a finales de agosto.
Esta al menos es la idea que tenemos muchos aficionados que salimos algo decepcionados con su actuación en la Ryder Cup del año pasado en Le Golf National. Sin embargo, el estadounidense prefiere esperar a que pasen los días y, aunque no confirma que él vaya a ser una de las elecciones, tampoco lo descarta al cien por cien. “Es algo sobre lo que se ha hablado tanto con los vicecapitanes como con los jugadores, que han sido partícipes de todas las decisiones del equipo. Ellos han tenido la oportunidad de expresar a quién quieren a su lado y ha sido fantástico”, se limitó a comentar el ex número 1 del mundo.
Una cita que llegará antes de poner el punto y final al año y que contará por el bando de las barras y estrellas con un elenco de estrellas conformado por Dustin Johnson, Justin Thomas, Brooks Koepka, Matt Kuchar, Xander Schauffele, Webb Simpson, Patrick Cantlay y Bryson DeChambeau -los ocho jugadores que consiguieron clasificarse automáticamente a través de la lista de puntos-. A estos seguramente se les unirá algún joven valor –Wolff y Morikawa son los que más opciones tienen-, además de la duda de Mickelson -que ya comentó que no se merecía la invitación si se tiene que juzgar por su Golf en los últimos meses- antes de entrar a valorar si Tiger podría ejercer las veces de capitán y jugador.
Una incógnita que no le quita el sueño al quince veces ganador de Major, que durante la rueda de prensa ha preferido centrarse en hablar sobre la “enorme” mejoría en su estado físico. “Fui empeorando progresivamente hasta que llegué a un punto en el que incluso me afectaba en la lectura de putts, como se pudo ver en los últimos meses que competí. Eso al final terminó afectando a mi espalda y mi plan de jugar durante todo el año se vino abajo. Por suerte, en estos momentos me siento mucho más en forma y ya no tengo el dolor con el que he tenido que lidiar los últimos años”, sentenció.