Rara es la ocasión que Tiger se acerca a un micro y no nos deja un titular jugoso con el que hacer nuestras cábalas. Y, claro, hace unas horas lo volvió a hacer en la previa del Genesis Open que arranca en solo unas horas sobre la hierba del Riviera CC californiano, un lugar que le trae muy buenos recuerdos a nivel sentimental y que le llena de fuerza para ponerse metas. El jugador estadounidense se siente bien y lo demuestra tanto en el campo como ante los periodistas, a los que vuelve a sonreír después de su calvario particular en forma de lesiones.
¿Cómo si no se atrevería a afirmar que está listo para ayudar a sus compañeros tanto tácticamente como a nivel de presencia en la Ryder Cup que tendrá lugar en poco más de medio año en Le Golf National parisino? No miren así, que estas mismas palabras salieron por su boca ante la pregunta de un medio que le cuestionó de qué manera creía que le sería más útil al capitán Jim Furyk, si como jugador o como ayudante.
“En ambos lugares creo que podría aportar”, sentenció el ex número 1 del mundo, provocando un silencio que solo el propio deportista se encargó de romper. “Dependerá de nuestro capitán, me limitaré a hacer lo que Jim me diga. He tratado el tema con él, pero de momento no puedo decir nada más”, señaló Tiger, que de esta manera llena de esperanzas a todos aquellos que ya no esperaban volver a verle disputar la competición por equipos más reputada en el mundo del Golf.
Y es que si muchos comentan que este 2018 Estados Unidos podría estar ante su Dream Team –Dustin Johnson, Jordan Spieth, Justin Thomas, Rickie Fowler, Phil Mickelson y compañía-, la adición del 14 veces ganador de Majors sería la guinda del pastel para hacer de este evento el mejor de la historia en cuanto a nombres. Todavía no es más que una posibilidad pero, ¿a que suena bien?
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