Siguiendo la ola de documentales sobre estrellas del mundo del deporte -cabe recordar el impacto que tuvo El último baile de Michael Jordan en la primera mitad de 2020-, HBO se encuentra a pocos días de estrenar Tiger, un largometraje dividido en dos partes basado en el libro de 2018 publicado por Jeff Benedict y Armen Keteyian. En este se recoge en amplia medida lo que ha sido la carrera del 15 veces ganador de Majors, deteniéndose con especial atención en la formación de su figura de la mano de su padre Earl.
Un producto que, si bien es cierto que ha tenido buena acogida entre aquellos que han podido visionarlo ya en Estados Unidos -para verlo en España tendremos que esperara a los días 11 y 18 de este mismo mes-, no recoge nada nuevo sobre una de las personalidades deportivas de lo que llevamos de siglo. Y no sólo en lo referido a su dilatada y exitosa carrera. Cuando el documental decide salirse del aspecto puramente deportivo tampoco aporta hechos de relevancia en su vida privada, un punto en el que es necesario detenerse para entender la figura de Tiger.
Después de todo, no hay que olvidar que su divorcio ocupó durante más días consecutivos las portadas del New York Post que los atentados del 11 de septiembre. Y este es principalmente el problema: se ha hablado ya tanto de cualquier aspecto que tenga que ver con su vida extradeportiva que la serie no hace más que repetir hasta la saciedad afirmaciones que llevan haciéndose desde hace más de una década.
El otro gran problema que tiene el documental es su obsesión por adaptarse al libro del que bebe. Una ofuscación que ha llevado a que se narre el documental desde el prisma del elogio propio a una leyenda retirada. Y es que en 2018, año en el que se publicó el vídeo, todavía no había conseguido igualar el récord de triunfos Sam Snead y mucho menos su célebre victoria en Augusta -algo que se puede apreciar a simple vista porque sólo se le dedican a esta hazaña un par de minutos de metraje-.
No obstante, Tiger no deja indiferente y consigue atrapar desde un primer momento, según las voces de quienes han tenido el placer de disfrutarlo en primicia -a Estados Unidos llega este domingo-. Así que si tienen ocasión no duden ni un instante en visionar el documento de uno de los grandes de la historia del Golf -en el que, por cierto, no ha participado-.