Está bien saber de Tiger a través de distintas personas, pero nada como que él mismo nos cuente sus sensaciones tras el anunciado regreso a la competición y sus primeras horas probando la cuidada hierba del Albany GC, el escenario de lujo donde tendrá lugar el Hero World Challenge. Y es que el californiano compareció ante los medios este martes para dar buena cuenta de sus progresos en los últimos meses -ha pasado en poco tiempo de no poderle pegar a la bola más de 60 yardas a disputar un torneo- y de pedir paciencia a todos aquellos que piden resultados inmediatos.
“Lo importante ahora es que me encuentro muy bien físicamente. No me di cuenta de lo mal que estaba mi espalda. Es difícil creer que podía vivir de la manera en que lo estaba haciendo”, afirmó el californiano ante los periodistas. “El año pasado tuve muchos problemas con los dolores”, en referencia a su corta vuelta a los terrenos de juego. “Pude golpear a la bola y jugar, pero echando la vista atrás lo estuve haciendo de una manera lenta”, admitió, para dar por sentado que todo eso ya forma parte del pasado.
“A ver, no estoy para jugar a baloncesto y hacer un mate, pero ya no siento ningún tipo de dolor. Por eso mi vuelta es diferente”. Ahora bien, que a nadie se le pase por alto que el norteamericano lleva poco más de cuatro semanas practicando y que llega a un torneo cargado de estrellas que arriban a Bahamas con un buen puñado de eventos a sus espaldas. “Todavía no sé lo que mi cuerpo me va a permitir llevar a cabo. Aún está un poco rígido, falto de forma. Dejadme jugar este evento y veré qué puedo o no puedo hacer”, sentenció Tiger.
Unas palabras que ponen de relieve que el jugador no quiere contagiarse de la euforia que muchos aficionados tienen depositada en su figura. Como él dice, habrá que valorar su regreso conforme a lo que sea capaz de mostrar en Bahamas.