Todos los medios hemos hecho un seguimiento pormenorizado de las evoluciones de Tiger en su regreso a los campos en el Hero Golf Challenge. Desde sus salidas desde el tee, pasando por la delicadeza con el putter en las manos hasta llegar a sus gestos –a fin de cuentas la cara es el espejo del alma-, mucho se ha escrito sobre cómo veíamos desde fuera al californiano. Pero no ha sido hasta este domingo, al finalizar su participación en el Albany GC de New Providence (Bahamas), cuando el propio jugador realizó un balance final de la situación tras jugar cuatro días seguidos después de más de un año de ausencia. Y lo cierto es que quedó contento.
“¿El panorama? Lo veo bien, sinceramente”, contestó Tiger a la pregunta de un periodista tras entregar el domingo una cartulina con 76 golpes, la peor en los cuatro días de competición. “Me siento bien por estar de vuelta y jugar de nuevo aquí, compitiendo y tratando de vencer a los mejores jugadores del mundo. Me encanta”, pronunció el exnúmero uno del planeta con una sonrisa de oreja a oreja. Después de todo, se ha hablado mucho sobre cada uno de los aspectos de su juego y apenas le han podido sacar deficiencias técnicas –su swing, sin ir más lejos, goza de una fluidez con la que no contaba el año pasado, con una postura para el golpeo más vertical y con un mejor equilibrio-.
¿Que se desinfló en la parte final? Sí, y el propio Tiger admitió que después de 15 meses de ausencia la gasolina se le quedó muy justa. Pero eso es cuestión de fondo físico. En el apartado de juego, los 24 birdies le hicieron merecedor de compartir con el campeón Matsuyama el “título” de jugador con más birdies de la semana. Y eso le ha servido para querer volver a la competición cuanto antes.
“Voy a considerar muchas cosas, pero me gustaría de todo corazón tener un calendario completo en 2017. Estaré un par de semanas con mis fisios –aprovechando el parón de Navidad-, intentando ponerme a tono y después decidiré. Lo que sí puedo asegurar es que seré inteligente en la confección de las pruebas, debo ir poco a poco”, sentenció la leyenda de Cypress.